Autores establecen que las personas tóxicas potencian las debilidades, llenan de cargas
y frustraciones a otros, consideran que no se debe amarrar a quienes no se alegran
de nuestros éxitos y que no hay que darle crédito a ninguna palabra o sugerencia que
provengan de ellos [6]. Es importante entender que un empleado tóxico no es aquel que
se queja en un momento dado de su trabajo o de sus condiciones, si no que va más
allá al manifestarlo con sus actitudes, manipulan las circunstancias, ocultan información,
perjudica a sus compañeros, pueden ser holgazanes, engañar, robar, suelen ausentarse,
son arrogantes, presuntuosos, actúan contra sus jefes e incluso llega hasta el acoso
laboral, pero tampoco es el perezoso, que no quiere hacer nada, el es productivo y
hasta tiene un alto desempeño. Esto lleva a hacerse la pregunta ¿hasta qué punto los
empleados tóxicos son una debilidad para las organizaciones? en especial en estos
momentos cuando las empresas pasan por cambios significativos de índole tecnológica,
de gusto de los clientes, en maneras de gerenciar, en el comportamiento de las personas,
en las formas de hacer cumplir las responsabilidades sociales de las organizaciones y
hasta de pensamientos.
Las investigaciones realizadas sobre el tema han dado como resultados que las
organizaciones deben descubrir cuales son sus empleados tóxicos, porque sus conductas
perjudican el clima organizacional y la productividad de la empresa, solo imaginen un
empleado que hace muy bien su trabajo, pero la manera en que se dirige a los demás es
tosca y grosera, este tendrá un impacto negativo en su ambiente de trabajo, esto debido
a que nadie querrá acercarse ni para pedirle algo o darle órdenes [7].
En cualquier tipo de organización se pueden presentar este tipo de empleados, por lo
que no sería difícil pensar en que están presentes en la Universidades, ya que ellas al ser
organizaciones de enseñanza superior que tiene como propósito la formación profesional
de los individuos, además está conformada por una serie de departamentos, centros de
investigación, entre otros y consta de toda una estructura organizativa conformada por
personal docente, de investigación, administrativo y obrero, son un conjunto de individuos
capacitados que trabajan junto para lograr los objetivos planteados. Es por ello que
son importantes para la sociedad porque es una manera que tienen los individuos de
salir de la pobreza y las desigualdades, al tener la oportunidad de superarse personal y
profesionalmente [8].
Por lo que contar con un personal capaz de poder atender las necesidades de los grupos
de jóvenes que día a día ingresan a estas organizaciones con el fin de prepararse para
alcanzar una meta profesional y una mejor calidad de vida se hace importante. Sin
embargo, en Venezuela ante la crisis económica y social que atraviesa, estas instituciones
se han visto muy golpeadas, ya que llevan años con presupuestos reconducidos que
han ido disminuyendo progresivamente sus recursos, con unos salarios pauperismo,
entre otros,[8] han producido ambientes laborales difíciles de manejar, donde docentes
y empleados se encuentran sometido a un estrés extremo afectando sus emociones.
Todo lo anteriormente planteado lleva a preparar un estudio donde se busca identificar algunas de las características más comunes que presentan los empleados tóxicos de las
universidades.
Las emociones que presentan las personas
Cuando se habla de emociones se hace referencia a una manifestación de la conducta
de los individuos, que suele ser compleja, ya que involucra varios niveles de integración
neuronal o química [9] que tiene inherencia a las respuestas que como seres humanos
tenemos ante los estímulos. En otras palabras, las emociones son reacciones
psicofisiológicas ante eventos importantes de manera adaptativa, es decir que reacciona
ante las amenazas, el peligro, alguna perdida, el éxito entre otras, los investigadores
afirman que son reacciones universales que son independientes de la cultura, esto es
apoyado por los psicólogos, quienes consideran que la alegría, la ansiedad, la ira, el
miedo son emociones básicas que toda persona suele sentir [10] .
Adicionalmente son consideradas como un estado que dura muy poco, están relacionados
con la integración, expresión, incentivo o sentimientos que ayudan a las personas a
adaptarse a las situaciones y desafíos que le imponga el ambiente en el transcurso de su
vida[11], las misma suelen clasificarse en emociones básicas positivas y negativas, como
se muestra en la tabla I:
Las emociones que muestra la tabla son solo algunas, ya que existen autores que hablan de miedo, ira, tristeza, alegría, sorpresa y asco como emociones básicas, argumentando que son las que consensualmente se tiene claro su definición [10]. Una emoción es una experiencia que responde al menos a estos sistemas el conductual/ expresivo, el fisiológico/adaptativo y el cognitivo/subjetivo. Estas dimensiones no están necesariamente sincronizadas, por lo que suele presentarse una desincronización, que variará dependiendo de la emoción, el individuo o la situación afrontada [10].
Los autores establecen que para poder entender las emociones se debe estudiar sus componentes, como se muestra en la tabla II, existen cuadro componentes uno sentimental donde están las vivencias o experiencias de las personas, lo que le es intrínseco que solo es de él y lo caracteriza. El segundo componente es la estimulación corporal, que tiene que ver con como el cuerpo del individuo se prepara mental y físicamente para dar una respuesta a una situación durante la emoción. Por su parte el componente intensión dirige a la emoción al logro, es decir acciones con las cuales puede hacer frente a las situaciones. El último componente tiene que ver con la manera en que se expresan esas emociones, ya sea de manera verbal o no.
Al ser las emociones algo inherente al ser humano estarán presente en cualquier
momento de su vida, lo que determina la manera en que se desarrollen sus competencias
sociopersonales, es decir la forma en que se relaciona con su familia, su trabajo y la
sociedad[13]. Por lo cual se puede afirmar que esas emociones se trasladan a las
organizaciones de trabajo y por tanto la persona debe ser capaz de saber transmitir sus
emociones a los demás trabajadores con el fin de lograr las metas de la organización.
En este sentido, las universidades son centros que tienen como misión preparar a las
personas para que sirvan a la sociedad, como característica general son centros humanos
donde los individuos interactúan, están conformados por el personal directivo, docente,
administrativo y los alumnos todos y cada uno con sus emociones, que en ellas existan
docentes o empleados que no sepan manejar sus emociones y que se enfoque en sus
emociones negativas puede llegar a afectar el aprendizaje o desempeño académicos de
los estudiantes [14].
Quiénes son los empleados tóxicos
Se considera que los empleados tóxicos son aquellos trabajadores que generan un
tenso ambiente en su entorno laboral y presentan emociones negativas, estudios han
demostrado que manipulan a las personas y las situaciones, crean rumores, provocan
actitudes negativas entre quienes están bajo su zona de influencias, también se puede
decir que son esos trabajadores que tienen conductas dañinas, pero que no suelen ser
identificadas fácilmente, ya que puede ser talentosos, inteligentes y hasta productivos [4].
En el estudio realizado por los profesores Housman y Minor en el 2015 [5] descubrieron
que esto empleados cuyo proceder es nocivo para la organización, afectan no solo a
su recurso humano sino además a sus activos tangibles o materiales, poniendo, con su
comportamiento, en riesgo el logro de los objetivos organizacionales o provocan efectos
negativos en su ambiente interno y hasta el externo [15]
Por lo general, estos empleados suelen presentar uno o más de estas características
sufren de exceso de orgullo, se consideran personas perfectas o perfeccionistas, les
gusta crear rumores o chismes, pese al puesto que ocupa se considera el jefe él que
manda, no le importa el trabajo colaborativo, solo busca su beneficio o superación, se
esconde en la queja para tapar sus errores, suele hacer sentir culpable a los demás, es
envidioso, suele descalificar a sus compañeros y hasta a sus jefes, puede ser maltratador,
complicado, en el fondo son inseguros, pero son expertos en el arte de la mentira y el
engaño, son traidores, suelen ser mediocres y narcisistas. [16]
Estos trabajadores además se muestran carismáticos, curiosos, inteligentes, muy
confiados, suelen ser, engañosamente, productivos porque llevan a cabo todas sus
responsabilidades en los tiempos establecidos y en algunos casos en menos, pareciera que
cumplen sus labores, estrictamente apegados a las normas, sin embargo, solo cumplen
las que les convienen. Los investigadores sostienen que existen dos tipos de empleados
tóxicos el silencioso y el público, el primero más peligroso que el segundo, debido a que
con el público sus características están a la vista, por su parte los silenciosos son menos
visibles, más sutiles y poco perceptibles ocasionando daños económicos, debido a que
se les prepara y capacita, pero ellos no están dispuestos a retribuir a la organización
su esfuerzo. En ambos casos el impacto al entorno organizacional y económico de
la empresa es negativo. [7]. Pueden afectar la rentabilidad, la productividad, el clima
organizacional y hasta los costos Ante esta realidad los expertos aconsejan descubrir a
estos empleados y tomar la decisión de reeducar o despedirlos.
En un sistema organizacional tan delicado como el de las universidades tener este tipo
de empleados (docentes o administrativos) supone un problema delicado, ya que si un
docente trata con soberbia o desdén a un estudiante puede provocar que no se sienta
a gusto y en el peor de los casos no concluya sus estudios. Por otro lado, la interacción
entre docentes puede ser difícil y más compleja de lo habitual cuando un docente tóxico
arremete contra sus compañeros y los hace sentir mal al maltratarlos con sus palabras
o actitudes. Estos ejemplos describen espacios de trabajo donde el clima organizacional
es perturbado y se labora con malestar.
La investigación se enfoco desde un paradigma cuantitativo, con un alcance descriptivo
bajo un diseño no experimental, ya que no se pretendió alterar o hacer modificaciones
en la variable, con un alcance de análisis descriptivo, debido a que solo se observó y
se reflexionó sobre la identificación de las características que presentan los docentes
tóxicos [17].
La población estuvo conformada por los docentes de dos universidades públicas de
la Costa Oriental del Lago, de las cuales se tomó una muestra representativa de tipo
no probabilística, es decir, que fueron los investigadores quienes determinaron las
características de la población y muestra en función de los intereses de su investigación,
en este caso fueran docentes universitarios fijos de universidades públicas por su parte la
muestra se tomó utilizando el muestreo por conveniencia, es decir que los investigadores
seleccionaron 40 docentes de cada universidad a los cuales se le aplicó un cuestionario
tipo Likert con 5 reactivos de respuesta (siempre, casi siempre, algunas veces, casi nunca,
nunca) [18]. Por su parte, el tratamiento estadístico se hizo a través de la técnica de las
medidas de tendencia central, es decir las medias o promedios (ver tabla III), además de
aplicar la técnica de la variabilidad o desviación estándar (ver tabla IV).
Estos, sirvieron como punto de partida para determinar la escala de respuesta que se utilizó en el instrumento [19].
Al aplicar el cuestionario a los docentes de las universidades de la Costa Oriental del Lago, dio como resultados lo siguiente:
Cuando se les hicieron preguntas dirigidas a determinar qué tan negativos pudieran
ser estos docentes los promedios pudieron ubicarlos en un 3,60, con una desviación
estándar de 0,64 es decir en una categoría alta, lo que permite inferir que estos docentes
suelen manejarse o comportarse de manera negativa en sus universidades. Suelen utilizar
palabras como ambiente de trabajo estresante, desorganizado, caótico, inflexible, poco
considerado, que existe falta de personal, hostil, negativo, irrespetuoso, estudiantes flojos,
entre otros. En este sentido, esto puede deberse a que las Universidades del país cuentan
con recursos limitados tanto para ofrecer mejores salarios como para contratar nuevo
personal, además de proporcionar espacios más agradables para realizar su trabajo, la
eliminación de ciertos incentivos, el aumento del número de estudiantes, la minimización
de las asignaciones presupuestarias [8] están provocando que sus docentes muestren
signos de mucha negatividad en sus conductas, presentando signos de ansiedad,
frustración y hasta depresión. Si bien estas emociones negativas pueden ayudarle a
sobrevivir [20] en estos ambientes de trabajo, también provocan situaciones difíciles
entre los docentes, ya que un docente que no encuentre nada bueno en su ambiente de
trabajo puede contaminar a otros docentes trayendo esto como consecuencia que sea
mayor el número de docentes que no les importe su desempeño y solo dedicarse a hacer
lo mínimo posible.
Por otro lado, cuando se le hicieron pregunta para determinar si estos docentes pudieran
presentar signos de cambios de humor, nuevamente los resultados se ubicaron en
una categoría alta, con promedios de 3,99 con una desviación 1,23, indica que estos
docentes presentan características que los ubican como empleados cuyas acciones
tienden a reflejar sus cambios de humor, en especial en lo que respecta a enfadarse
con sus compañeros de trabajo, en muchos caso por considerar que sus acciones no
se corresponden con sus expectativas, provocándoles una sensación de frustración,
ante lo cual es importante que estos docentes entiendan que las emociones son una herramienta, que sus acciones tienen que estar gobernadas por la razón pues es con
está que podrá manejar sus emociones [21].
Los ítems dirigidos a saber si los docentes presentan conductas que los ubique como
empleados orgullosos, los resultados ubican a estos docentes en una categoría muy alta
con promedios de 4,32 y una desviación estándar de 0.56, permitiendo afirmar que estos
docentes suelen manifestar comportamientos guiadas por el orgullo estos docentes
suelen trabajar marcando los errores de sus compañeros para criticarlos, sin caer en
cuenta que esos errores también están presentes en él, se caracterizan por que no se
detienen a pensar en los aspectos que debe mejorar perdiendo de vista lo que está
por venir, se creen imprescindibles, con un exceso de confianza, adicionalmente solo se
alegra por sus victorias [22].
Para el indicador con el cual se busca determinar si lo docentes presentan las
características de ser trabajadores criticones los resultados con un promedio de 3.90 y
una desviación estándar de 0.65, la ubican en una categoría alta, por ello se puede decir
que, si tienen estas características lo que hace que el ambiente en estas universidades
el personal docente se sienta estresado y a la defensiva, ya que estos profesores suelen
estar insatisfechos pero una insatisfacción que pareciera no tener manera de ser
cumplida, esto debido a que nada les hace feliz y arremeten contra sus compañeros de
trabajo lanzándole a la cara sus defectos, errores y en muchos casos exagerando [16]
[23]. este tipo de docentes son incapaces de ver sus propios defectos, cuestiona las
decisiones de sus compañeros de trabajo y hasta de sus jefes, les cuenta a personas
ajenas a la universidad los problemas internos, inventa rumores, boicotea iniciativas,
suele ser individualista, entre otras [24].
Otras de las características de los empleados tóxicos que se estudió es la necesidad
que tienen estos individuos de buscar la aceptación de los que están a su alrededor
los resultados estadísticos arrojaron un promedio de 3,60 y una desviación de 0,65,
ubicando las respuesta al ítems en una categoría alta, lo que permite afirmar que los
docentes de estas universidades también presentan esta característica y suelen pensar
que los errores que se comenten son culpa de sus compañeros o en todo caso de sus
propios alumnos que son lentos para entender sus instrucciones, se siente frustrados
cuando no se les reconoce su poco o mucho esfuerzo, además sienten que si no se les
reconoce no han hecho un trabajo digno, están constantemente buscando la aprobación
de todos en la universidad, pero lo más peligro es al creerse imprescindible puede hacer
cualquier cosa para mantener o mejorar su posición creando en su entorno un clima de
discordia [25].
Discusión
Las circunstancias presentes en los ambientes externos donde la economía y la geopolítica están en constantes cambios, así como altos grados de incertidumbre son lo más común, Es por ello que las organizaciones están más pendientes de lo que es su ambiente interno para poder hacer frente a tantos retos e incertidumbres. En consecuencia, las instituciones
hacen gran énfasis en entender a su personal, ya que ha quedado demostrado que ayuda
a mejorar la eficiencia y eficacia del empleado en el logro de los objetivos, esto ayuda a
crear un clima sano que genera satisfacción, actitudes laborales positivas, ideas creativas,
conductas constructivas, adaptaciones poco traumáticas, y gracias a todo esto un alto
grado de productividad.
En este sentido, los empleados deben estar preparados para la adaptación ante las
nuevas situaciones que se le presenten a la organización, en este caso las universidades,
haciendo hincapié que una buena adaptación es sinónimo de salud mental, es decir que
el trabajador se siente bien consigo mismo, con los demás y es capaz de afrontar las
exigencias que se le presentan [26].
En virtud de esto hay que entender que el comportamiento de los empleados puede que
no sea el resultado de los factores organizacionales existentes, sino que depende de las
percepciones de ellos ante estos factores, traducirá el ambiente en positivo o negativo. En
las universidades objeto de estudio se puede observar que los profesores son poseedores
de varias de las características de los empleados tóxicos, es decir presentan signos de
negatividad, cambios bruscos de humos, son orgullosos, criticones y suelen buscar la
aprobación de todos con los que convive, esto ha provocado que las universidades,
estudiadas, se conviertan en organizaciones llenas de conflictos entre sus miembros. Lo
que trae como consecuencia trabajadores desmotivados, emocionalmente no se sientan
identificados con la universidad, en consecuencia, su estado emocional repercute en su
interacción con los demás miembros, con sus autoridades, con a quienes sirven, con la
misma institución y por supuesto con el resultado de su trabajo.
En este sentido, estos docentes tóxicos son quienes se involucra en conductas
perjudiciales para la organización, incluyendo sus bienes o personas, son desleales, se
quejan constantemente, son chismosos, holgazanes y hasta deshonestos [5] afectando
no solo la convivencia con sus compañeros de trabajo sino también con sus alumnos,
estos personajes buscan el poder y el control sobre sus compañeros, contagian su
negatividad con rapidez, debido a que las personas son vulnerables a los pensamientos
de los demás, pueden crear climas llenos de desconfianzas y desmotivación, generan
falta de compromiso, minimizan la participación en los proyectos de la institución.
Estos resultados demuestran que los empleados tóxicos existen en cualquier organización,
que las universidades no escapan a esto, se tiene la premisa que en las universidades
están los individuos más inteligentes y por lo tanto los docentes tienen estas emociones
bien controladas, sin embargo, al ser seres humanos puede pasar que sus emociones se
descontrolen convirtiendo al más inteligente en un individuo estúpido [27]. Por lo tanto se
debe identificar a estos profesores tóxicos, porque al instalarse esas actitudes negativas
dentro de las instituciones las alejara de un clima favorable que permitan el logro de los
objetivos. Así como alcanzar un alto grado de productividad.
Las universidades están conformadas por un conglomerado de personas, empleados
administrativos, docentes, estudiantes, obreros, donde interactúan con la finalidad de
lograr el propósito para el cual fueron creadas. En esta interacción están involucrado un
gran número de emociones que van desde el temor hasta la alegría, pasando por el enojo,
la tristeza llegando al interés, todas trabajan de manera conjunta para dar al individuo un
sistema de emociones que le permite lidiar eficazmente con todos los aspectos de las
amenazas o daños, y cumplir con el propósito de protección de la psique del individuo.
Sin embargo, cuando el ser humano se queda enganchado en emociones negativas como
el temor, el enojo o la tristeza comienza a generar emociones tóxicas. Estas emociones
tóxicas hacen que los individuos quieran la aprobación de los que están a su alrededor,
dan mucho valor a la opinión que los demás tengan de él y llega el momento en que
pierden el control de su mundo interior.
Es por ello que una persona tóxica se convierte rápidamente en un empleado tóxico
al llevar toda su negatividad a la empresa, se hace necesario detectar a este tipo de
empleando antes que entren en la organización, de no ser posible hay que estar al
tanto de las actitudes y aptitudes del personal en busca de señales de irrespeto, orgullo
desmedido, cambios de humos, chismes, prepotencia y contantes quejas, entre otras, que
los identifiquen, porque su influencia es directa en el normal desarrollo de la organización.
Todos en algún momento han convivido con un compañero tóxico alguien que manipula la
información, que miente, que inventa rumores sobre el futuro de la institución, que critican
constantemente a la organización, a sus superiores y a sus compañeros. Tratar con ellos
causa estrés, incomodidad y aversión, la mejor manera para manejarlos es primero no
involucrarse con los asuntos negativos que plantean, poner demasiada energía en eso
solo frustra; segundo cuando se escuchan sus quejas solo se debe asentir con la cabeza,
la estrategia es no dar su opinión porque si no se está de acuerdo con ellos lo tomaran
como un ataque y en último el consejo es que si fue expuesto a este comportamiento
haga una lista de las cosas positivas de su trabajo y de su vida, la cual leerá con frecuencia
para afianzarlos internamente, se puede añadir más de ser necesario.
En este sentido los resultados han demostrado que las universidades no escapan a
esta realidad y se han podido identificar en sus docentes características que los ubican
como docentes tóxicos, pueden ser negativos, criticones, se desvíen por ser aprobados,
son orgullosos, y presentan cambios de humos que los pueden llevar a la frustración,
al identificar estas características en sus docentes es importante que las universidades
tomen cartas en el asunto, ya que esto no solo acarreara la debilitación de su personal
convirtiéndose en una amenaza constante para el eficiente desenvolvimiento de la
misma, sino también en la posible pérdida de un considerable número de alumnos, su
razón de ser.
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