La complejidad del desarrollo de aquellas competencias tan necesarias para poder afrontar los retos de la educación para el desarrollo sostenible ha llevado al planteamiento de esta investigación que tiene como propósito analizar el papel que desempeña la lectura crítica como una herramienta docente para fomentar el desarrollo del pensamiento crítico y el potencial de las competencias genéricas. La investigación fue realizada desde un enfoque cualitativo bajo el método de investigación-acción, centrado en un grupo de estudiantes de primer semestre de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Pamplona. Los diagnósticos realizados a través de chequeos y actividades pedagógicas pusieron de manifiesto una heterogeneidad muy marcada en el desarrollo de estas competencias, heterogeneidad influida por características de tipo socioeconómicas, culturales y también académicas. Los resultados apuntan a la necesidad de aplicar estrategias pedagógicas diferenciadas en atención a las características de los alumnos. La lectura crítica debe ser, por tanto, una de las estrategias transversales que pueden ayudar no solo a mejorar la práctica académica de los estudiantes sino también contribuir al desarrollo de ciudadanos críticos, reflexivos y comprometidos con los retos sociales y ambientales que plantea la actualidad.
The complexity of the development of those competencies so necessary to be able to face the challenges of education for sustainable development has led to the approach of this research whose purpose is to analyze the role played by critical reading as a teaching tool to foster the development of critical thinking and the potential of generic competencies. The research was conducted from a qualitative approach under the action research method, focused on a group of first semester students of the Faculty of Education Sciences of the University of Pamplona. The diagnoses carried out by means of check ups and pedagogical activities revealed a very marked heterogeneity in the development of these competencies, a heterogeneity influenced by socioeconomic, cultural and also academic characteristics. The results point to the need to apply differentiated pedagogical strategies according to the characteristics of the students. Critical reading should therefore be one of the transversal strategies that can help not only to improve students' academic practice but also contribute to the development of critical, reflective citizens committed to the social and environmental challenges of today's world.
El punto de comienzo en la educación es el proceso que se desarrolla continuamente,
de forma integral y reflexiva, que va construyendo los conocimientos previos de lo
aprendido y enseñado, de forma que permite ir construyendo habilidades, valores y
actitudes desde una construcción de carácter activo, sociocrítico y socio humanístico,
que se han de dar en contextos diferentes y en situaciones. Que es el de abordar un
conocimiento de carácter intelectual de forma integradora con relación al medio social,
cultural, económico y de sostenibilidad. Jiménez et al. [1] manifiestan que, la educación
es un proceso de socialización mediante el que se estimula a una persona con la finalidad
de conseguir su desarrollo, que puede ser cognitivo, físico, de habilidades técnicas o de
formas de comportamiento, que la sitúe en el papel de miembro activo y socialmente
integrado en la sociedad a la que pertenece.
En estos tiempos, la educación tiene perspectivas diversas, una de ellas es la
sostenibilidad en educación, refiriéndose a la integración de principios, contenidos
educativos y prácticas que de una u otra forma promueve el desarrollo equitativo,
equilibrado y sostenible en ámbitos económicos, sociales y ambientales, toda vez que,
se buscar formar ciudadanos críticos con responsabilidad social que contribuyan de
manera significativa a futuros próximos dentro de la viabilidad a largo plazo.
Si la sostenibilidad implica adoptar prácticas sostenibles que se evidencie en la
operación de las instituciones educativas [2]. Otra expresión es la de Pérez et al. [3]
quien la denota y la acerca a la vinculación con el sector empresarial desde un ámbito
mundial. Ahondando, en una definición próxima de lo que es la educación para el
desarrollo sostenible (EDS), se puede mencionar la postura de Macedo y Salgado [4]
quien expone que, esta educación promueve una reestructuración significativa de los
sistemas educativos, abarcando cambios en los procesos, la gestión y las estrategias de
enseñanza.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en la inminente UNESCO para la
enseñanza y la ciencia [5] hacen hincapié en la interpretación y el entendimiento de
problemas globales e in situ y la capacidad de reflexionar críticamente. Desde una óptica
diferente, Urrea et al. [6] subrayan que, la EDS se manifiesta como el enfoque pedagógico
más conveniente para satisfacer estas exigencias garantizando que las generaciones
venideras estén óptimas para hacer un mundo reflexivo, justo e inclusivo.
Esta posición se complementa con la de Zambrano et al. [7] quienes expresan que, la
EDS es primordial para enfrentar los desafíos actuales y de igual forma, construir un
futuro para una sociedad más equitativa, mientras que Soler y Rosser [8] destacándose
con el proyecto “Ecoeduca sostenible” tiene como propósito de sensibilizarse sobre los
(ODS) y promover su integración en los entornos educativos. Esta iniciativa pretende
complejas realidades que requieren nuevos enfoques y estrategias que, de manera
conjunta, sean de varias disciplinas y respondan a las exigencias de la globalización y el
permanente cambio. En este sentido, es decisivo que la sostenibilidad se incorpore de
manera transversal a la formación universitaria de los diferentes planes de estudio, ya
que la sostenibilidad no tiene que ser una asignatura más, sino una forma de articular
conocimientos. Esto quiere decir que hay que incorporar las dimensiones sociales,
ambientales y económicas en los planes de estudio, con el fin de sensibilizar a los
estudiantes sobre la necesidad del desarrollo sostenible y reforzar su compromiso ético
con la sociedad. La adopción de estos principios también es determinante para contribuir
a la formación del pensamiento crítico y la conciencia a nivel global de los futuros
titulados universitarios, además de ofrecer las herramientas necesarias para contribuir
al análisis de problemáticas complejas, la capacidad para decidir responsablemente y
la dinamización de los procesos de cambio en este ámbito. De este modo, favorecemos
el proceso de construcción ciudadana comprometidos con el bienestar colectivo y
preparados para aportar soluciones sostenibles a los problemas que plantea el mundo
actual.
En esta misma línea, el trabajo de investigación realizado por Toncel et al. [17] investigó
los resultados de los alumnos de la Universidad de Pamplona en el examen Saber Pro
en 2020 con la finalidad de contrastar la media alcanzada en competencias genéricas
de las siete facultades. Los datos fueron desveladores, ya que en la Facultad de Ciencias
de la Educación el mejor valor promedio se fue en el módulo de inglés, en segundo el
análisis crítico de textos, las habilidades cívicas y el pensamiento matemático y en el que
la comunicación escrita tenía el promedio más bajo. Una de las conclusiones del trabajo
fue que las unidades académicas de Ciencias Económicas y Empresariales y la Facultad
de Ciencias de la Educación tenían valores promedios bajos en las competencias de las
que se realizó la evaluación. Por lo que los autores plantean la necesaria implementación
de acciones concretas a desarrollar en estas facultades para mejorar las competencias
genéricas en próximas valoraciones, además de ir mantenido estrategias de mejora
continua en aquellos centros que ya tienen mejores medias.
La Tabla I, titulada “La lectura crítica y la incorporación de ODS 4: Educación de
calidad”, muestra algunas investigaciones que hacen evidente el interés por integrar la
sostenibilidad en los procesos educativos, ligando la sostenibilidad con un modo de
enfocar la educación que requiere estrategias de concurso interdisciplinario y estrategias
adaptativas a los contextos sociales contemporáneos. Estos estudios no solo ponen
de manifiesto la educación como un medio para lograr los ODS, sino la urgencia de
empoderar el actitud analítica y reflexiva y ético en las y los futuros profesionales. También
promueven la inclusión de competencias para la ciudadanía global, el comprometimiento
social y la responsabilidad ambiental.
De igual manera, los estudios presentados en la Tabla también vinculan la lectura
crítica como un eje de reconceptualización del estado social, económico, ambiental,
transversal a un enfoque liberador y transformador que construye soluciones creativas
al mismo tiempo que sostenibles, propiciando así también un empoderamiento de las y
los estudiantes como agentes de cambio.
Esto también genera el regreso de un compromiso en las y los estudiantes como
potenciales de unirse a su manera en la construcción de un tipo de sociedades que
sean más justas, equitativas y resilientes. Minimizando de esta manera el alcance del
papel de la lectura crítica, pudiendo reafirmar de esta manera la importancia de conectar
el análisis crítico en acciones formativas para la sostenibilidad y poner en valor esta
conexión como un eje para la innovación pedagógica y la transformación social.
que se plantearon preguntas sobre las percepciones, experiencias y dificultades de
los estudiantes con la lectura crítica y las competencias cognitivas. Finalmente, en el
estadio final se realizó la aplicación del instrumento respecto de los alumnos de cinco
programas de licenciatura, garantizando la calidad y la representatividad de la misma en
el proceso de muestreo.
Al implementarse esta estrategia metodológica se hizo la pertinente socialización del
proyecto y la difusión de información clara y pertinente del mismo, con los estudiantes
del proyecto, asegurando de esta forma que se adaptara a la idiosincrasia del proceso de
extracción de información que se ejecutó (conocimiento y comprensión de los objetivos
de investigación y del papel activo y reflexivo del alumnado en la etapa de obtención de
información. Esto hizo que se generara un clima de confianza e implicación que facilitó
las respuestas sinceras y la reflexión crítica del alumnado.
Así, la lectura crítica fue el eje del primer momento de la investigación, no solo porque
se utilizaba para evaluar el grado de competencia del alumnado, sino porque también
constituía un elemento clave con el fin de identificar fortalezas, aspectos por mejorar
y necesidades de formación del alumnado durante su trayectoria. Los resultados
obtenidos en esta primera fase fueron los que fundamentaron el diseño de futuras
acciones pedagógicas destinadas a mejorar estas competencias, en función de los ejes
de la educación sostenible junto con el desarrollo pleno de los estudiantes.
la matrícula, concretamente 15 estudiantes, y seguidamente, Santander con un 6%, que
nivelaría a 16 estudiantes. Todos estos datos reflejan una identificación importante de los
departamentos linderos y su proximidad como elementos clave en cuanto a la matrícula.
También se reconoce la presencia de otros departamentos como Cesar, Casanare y
Bolívar que mantienen un 3% con un número de estudiantes, mientras que Magdalena
posee un 4% con 9 estudiantes sólo. Todos ellos se situarían en unas cifras más pequeñas,
pero sí que hacen eco de la extensión regional de la institución en las diferentes áreas
del país.
Por otro lado, departamentos como La Guajira, Córdoba y Boyacá se sitúan en un
porcentaje mucho más limitado entre el 1 y el 2%, cuando sumarían 10 estudiantes entre
todos ellos. Por último, resaltar la presencia de 3 estudiantes procedentes de Venezuela
que corresponderían al 1% de la matrícula en la que se miran y que ponen de manifiesto
la incidencia de los flujos migratorios y la proximidad fronteriza.
De manera conjunta, la Figura 2 no sólo pone de manifiesto las características territoriales
del estudiantado sino que también pone de manifiesto la fuerte vinculación entre oferta
educativa y localización geográfica, los elementos sociales y económicos que influyen en
el ingreso a la educación universitaria; además resaltar el rol estratégico de la universidad
como agente educativo en la franja fronteriza, lo que le permitiría ofrecer oportunidades
formativas al alumnado local, de algunos departamentos cercanos e incluso de países
de diferentes linderos.
En una primera fase, se expuso la competencia de lectura crítica en función de la
categorización que realiza la prueba Saber Pro de los tipos de texto que evalúa, tal y
como se muestra en la Tabla 2; esta categorización es capaz de distinguir entre dos
grandes categorías: textos continuos y textos discontinuos. Los textos continuos cuentos,
novelas, poesía, teatro, etc., requieren de los lectores una lectura lineal, secuencial,
profunda y densa, precisamente porque su comprensión depende de que la información
sea seguida de una manera estructurada.
Por su parte, los textos discontinuos cómics, infografías, tablas, diagramas, avisos
publicitarios, etc., presentan la información de una manera más visual y fragmentada,
lo que obliga a los lectores a una lectura de tipo esquemático y rápido, mayormente
centrada en interpretar gráficos y elementos visuales.
Este hallazgo resulta significativo dado que visibiliza que la prueba Saber Pro no solo se
limita a evaluar la lectura crítica de los textos lineales, sino que también evalúa la manera
en que los estudiantes son capaces de interpretar información de textos que utilizan
otros soportes; así pues, la lectura crítica tal y como aparece en la prueba Saber Pro no
va referida exclusivamente a los contenidos lineales sino que también alude a aquellos
materiales que requieren de la habilidad de relacionar e interpretar textos que combinan
la escritura y otros elementos visuales.
En este sentido, cabe señalar que la estrategia pedagógica que se desarrolla debe
incorporar ambos tipos de textos, a fin de formar en estudiantes competencias
integradoras de comprensión, interpretación y análisis crítico que les permitan hacer
frente a la versatilidad de las demandas textuales que actualmente tiene el contexto
académico y profesional.
sólo como la memorización de los contenidos, sino que debe hacer referencia a las
formas de construir los conocimientos para ser aplicados y transferidos a situaciones de
la vida cotidiana. La experiencia ilustra hasta qué punto la lectura crítica puede llegar a
convertirse en el nexo entre el análisis lingüístico y la mejora de la comprensión crítica
del contexto social y cultural y en cómo esta lectura crítica puede llegar a propiciar la
concepción de ciudadanos que son capaces de describir la realidad también en relación
con los diferentes puntos de vista.
educativos.
Así, una de las conclusiones más significativas de esta primera fase es la necesidad de
construir estrategias didácticas que sean coherentes con las actuales tendencias en
Educación y que permitan poner en conexión técnicas didácticas complejas del tipo
de las realizadas en el análisis de casos, el abordaje de situaciones problemáticas, la
realización de investigación formativa, el aprendizaje colaborativo, etcétera, que permitan
superar la mera obtención de competencias cognitivas e integren competencias
metacognitivas y socio-emocionales que permitan al alumnado afrontar, con criterio
ético y responsabilidad social, los retos existentes en el actual mundo contemporáneo.
Por último, este trabajo sostiene que el trabajo de la lectura crítica ha de ser asumido
como un eje entre los ejes de la educación universitaria, a la que ya sólo puede construirse
desde un sentido profundo de la sostenibilidad y la ciudadanía global. Lo que significa
que no sólo hay que hacer una modificación de nuestra forma de abordar esta actividad,
sino que también se impone el cambio cultural acerca de cómo la sociedad plantea a sus
instituciones educativas la formación de sus discentes, priorizando el desarrollo integral
a la práctica absolutamente académica.
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